AYO LION

Enamorado de la música desde pequeño, hizo sus primeros acercamientos a un micro gracias a la relación con su amigo Bensi, quien le facilitó su primera grabación en un estudio. Después vino, junto a muchos jóvenes con la misma inquietud, la creación de La Ratona Squad, grupo numeroso del cual brotó la idea entre varios de sus miembros, de crear una nueva formación, conocida como La Plaga Gris.

Con LPG crearon varios trabajos, colaborando y actuando por varios espacios del panorama isleño. La variedad de estilos dentro del grupo le nutrió de lo mejor de cada compañero, dando lugar a su estilo personal. Esta formación consiguió relevancia en el archipiélago canario.

Su peculiar estilo, el cual no encaja en ningún estereotipo habitual de la industria, le hace ganar seguidores en cada directo.

Su juventud le impide acomodarse en estilos que domine como podría ser el caso del rap, superando esas barreras invisibles y dando una importancia sobresaliente al mensaje sobre escenificación de cualquier tipo. Ello le permite dar salida a sus creaciones sobre cualquier tipo de producción o ritmo, haciendo de Ayo Lion una promesa de la música de las islas. De esta forma trabaja desde el reggae más clásico, hasta sonidos más experimentales.

A día de hoy, tras su unión en 2017 al grupo Vida Underground, ha comenzado su carrera en solitario, y cuenta en su haber con carteles compartiendo su nombre y escenario con artistas de la talla de Hard GZ, Ricky Hombre Libre, Bubaseta, Dactah Chando o Akapellah entre otros, respaldado en cada evento por Dj Conjurer. La unión de estos dos talentos canarios, a la par que la energía que les conecta al público en cada directo, está granjeándole un merecido respeto entre los profesionales de la música.

Ha actuado en salas de reconocido prestigio como Fanatic (Sevilla), o La Trinchera (Málaga). Su primer trabajo en solitario fue publicado el 30 de Mayo de 2018, día de Canarias. Y no por casualidad. Esta fecha simbólica marca el inicio de una carrera donde el tinerfeño refleja no tener limites.